¿Alguna vez has escuchado sobre la “regla de las dos pizzas”? No, no te hablaré de recetas ni dietas, sino del hombre más rico del mundo y algunas de sus estrategias para llegar a la cima de los negocios.
Pero comencemos por conocer un poco más sobre sus orígenes. ¿Te suena conocida la historia de una librería por internet operada desde una cochera con tres servidores en los que se procesa la información del sitio web? Así comenzó Cadabra, la primera empresa de Jeff Bezos, a mediados de los años 90.
Hoy, 25 años después, esa compañía ahora todos la conocen como Amazon, el cambio de nombre se dio supuestamente porque así sería más fácil que apareciera en los buscadores ordenados en aquel tiempo por orden alfabético.
Pero esa no fue la única adaptación que Bezos decidió hacerle a la empresa: también pasó de vender solo libros a ofrecer infinidad de productos, desde CD, DVD, juguetes, electrónica, ropa, comida y demás. La diversificación del mercado es quizá una de las decisiones más acertadas de Bezos y una de las principales razones por las que actualmente se ubica como el hombre más rico del mundo, según Forbes, con una fortuna que roza los 116 mil millones de dólares.
Otro de los grandes aciertos de este empresario que supo multiplicar los 300 mil dólares que sus padres invirtieron para ayudarlo a arrancar, fue la visión que tuvo sobre los alcances de internet, pues en alguna ocasión leyó que éste creció 2300% en un año y ello lo llevó a planear un negocio basado en el ciberespacio. ¿Recuerdas cómo eran las computadoras y el funcionamiento de internet en 1995? Quizá algunos de ustedes ni siquiera habían nacido, pero un ejemplo rápido para que te des una idea: en aquel año ni siquiera existía Google, pero Bezos ya ponía en marcha los cimientos del monstruo que ahora es Amazon.
Algo que me parece interesante sobre Bezos es la idea de que las reuniones de trabajo son una pérdida de tiempo, por eso, cuando le resultan i-ne-vi-ta-bles aplica “la regla de las dos pizzas”: No deben realizarse juntas donde dos pizzas no alcanzarían para alimentar a todo el grupo, pues considera que las convocatorias masivas restan efectividad y productividad. ¡Así que pocos y bien alimentados!
Es cierto que sus decisiones y forma de manejar sus negocios también han generado cuestionamientos, sobre todo de los sindicatos, pero entre las cosas que podemos aprender de un hombre tan exitoso como él está la importancia de prestar más atención a los clientes o como él dice, “obsesionarse” con ellos y no con la competencia, determinar cuáles son las necesidades del público meta y trabajar en ello dentro de la empresa, porque si prestas más atención a los competidores, deberás esperar a que ellos hagan algo para tú reaccionar y eso te frena para ser un pionero.
La derrota es un concepto que también ronda la mente de Bezos, pues cree que para desarrollar la creatividad, las personas deben estar dispuestas a fracasar. Y me parece interesante empezar sabiendo que todo se puede ir al carajo, pero aún así vale la pena intentarlo. Es un tanto la combinación de creatividad y resiliencia para convertir el fracaso en conocimiento y fortaleza.
Pensar a largo plazo, analizar los diferentes panoramas, anteponer siempre a tus clientes y arriesgarse son algunas de las lecciones de Bezos que podemos aplicar en nuestros proyectos. Nadie dijo que ser un emprendedor sería fácil pero si nadie lo intentara no existirían empresas como Amazon, o quizás como esa que hoy empiezas y mañana puede ser un modelo que inspire a muchos. Sin los que se arriesgan, el mundo sería totalmente distinto… y aburrido, ¿no te parece?