Objetos comunes conectados entre sí por medio de la red y que interactúan para llevar a cabo ciertas tareas: el Internet de las Cosas (IoT) tal vez parecía ciencia ficción hace unos años, pero ahora es una realidad cotidiana y sí, la voz tiene un campo de acción aquí.
Desde que el internet salió de los laboratorios y se convirtió en un servicio indispensable y casi omnipresente, la tecnología ha avanzado a pasos agigantados y lo que hace un par de décadas veíamos como sueños de escritores de ficción poco a poco ha ido ocupando lugares en nuestros hogares, oficinas, escuelas y automóviles, así como en la infraestructura de las ciudades, a través de objetos cotidianos y de algunos otros no tan cotidianos.
Lo que llamamos “Internet de las Cosas” o “Internet of Things” (IoT) se refiere a la interconexión de objetos físicos diversos que se comunican entre sí a través de una red. No se trata sólo de tener un dispositivo que te conecte a internet (como una computadora o smart phone) sino de hacer que los objetos que usamos diariamente trabajen de manera más eficiente al comunicarse entre ellos a través de internet.
El ejemplo típico de un uso práctico del Internet de las Cosas es cuando tu refrigerador inteligente al notar que te terminas la leche agrega a tu lista de compras 1 litro de leche y te envía la notificación a tu teléfono. Pero el IoT tiene muchas más aplicaciones para las empresas y la vida cotidiana de las personas:
Desde un despertador que al sonar la alarma envía un aviso a la cafetera para que ponga a filtrar el café hasta una maquinaria que es capaz de actualizar el stock de cada uno de los materiales necesarios en un proceso industrial.
El Internet de las cosas ¿y la locución?
Pues sí: en el Internet de las Cosas hay un espacio para la locución. Yo la llamo “Locución 4.0”.
Muchos de estos objetos inteligentes que se conectan entre sí a través de una red a su vez son manejados con apps que para hacerlas más amigables utilizan una voz para explicar su funcionamiento, dar indicaciones, activar comandos, hacer avisos, alertar de un riesgo o simplemente felicitarte por lo bien que estás haciendo tu rutina de ejercicio (puedes escuchar algunos ejemplos de estos usos dando clic AQUÍ).
Cuando desarrollas este tipo de apps para tu producto, la elección de la voz que escucharán los usuarios no es una cuestión menor: recuerda que esa voz será la imagen auditiva de tu empresa y te ayudará a crear cercanía con los usuarios, por lo que es fundamental hacer una elección rigurosa de la locución que utilizarás.
Empieza por preguntarte qué es lo que quieres que la voz proyecte de tu producto. La voz que elijas es esencial para la transmisión del mensaje correcto.
Otra pregunta que debes responder es si necesitas la voz de una mujer o la de un hombre. Algunos productos -por su naturaleza- en ocasiones van más con una voz femenina o con una masculina, aunque muchos productos “neutros” no necesitan que hagas esta distinción.
¿Necesitas una locución formal o una relajada? Un locutor profesional puede utilizar su voz con la intención y estilo que el producto en cuestión requiera, de modo que los usuarios sientan cercanía con la voz que les habla y sea una “presencia” agradable con la que se interactúa cuando utiliza ese objeto inteligente.
ESCUCHA EJEMPLOS DE DIFERENTES INTENCIONES DE LOCUCIÓN AQUÍ
Una voz que sepa transmitir el mensaje correcto te ayudará a crear la cercanía de tu marca con los usuarios para que destaque entre otros productos similares.
El Internet de las Cosas está cada vez más presente en nuestras vidas cotidianas y elegir una voz que se identifique con tu marca te ayudará a lograr una conexión entre el público y tu producto.