En 2016 se calculó que una persona viva en este momento recibirá más información en un solo día de la que hubiera recibido una persona que viviera en 1900 en toda su vida. Y si te preguntas por qué, estos datos pueden darte una idea:
Más de 500 horas de video son subidas a YouTube cada día y más de 1 billón de horas de videos son vistos por día. Se publican 456,000 tuits por minuto, lo cual son más de 656 millones de tweets al día; alrededor de 60 mil millones de correos spam se envían diariamente, mientras que más de 60 millones de imágenes se publican en Instagram. A cada momento recibimos más y más información: más historias, más imágenes, más medios y más pantallas a las cuales prestar atención.
Hiperconectados
Estamos en comunicación continua con el mundo, ya sea a través de los servicios de mensajería instantánea, las redes sociales o los medios tradicionales. Inevitablemente esto provoca que nos sintamos abrumados por el exceso de información y parece difícil sustraerse a ese río sin fin de mensajes que recibimos en todo lugar y a toda hora y que –además- demandan nuestra respuesta inmediata.
El cerebro debe procesar y categorizar toda esa información, gran parte de ella irrelevante, en muy poco tiempo. Esto tiene un impacto negativo en la concentración. El esfuerzo causado por el procesamiento de la información puede conducir a problemas como cansancio, olvido y agotamiento, problemas cada vez más frecuentes.
Este fenómeno conocido como Information Overload, está teniendo serias consecuencias sobre nuestra salud y las relaciones sociales; afecta especialmente en el ámbito laboral, pues la hiperconectividad nos impide dejar el trabajo en la oficina y se roba nuestras horas de esparcimiento y descanso. Y sí, también tiene un fuerte efecto sobre el mundo del marketing y la publicidad.
No sé cómo elegir
Los consumidores están constantemente inundados de datos y ofertas, pero ¿cómo pueden tomar una decisión si existe una amplia variedad de opciones (y de información sobre cada una) incluso para el producto más básico?
El exceso de información conduce a una situación en la que una persona ya no está en condiciones de tomar una decisión de compra bien razonada. Hace unas décadas se descubrió que un aumento en la cantidad de información mejoraba la calidad de la decisión; sin embargo, si se excede una cantidad específica de información, este proceso se revierte.
Es decir, existe un límite natural para el cerebro humano en lo que respecta a la entrada de nuevos datos. Si los consumidores se ven asediados por demasiada información, el cerebro puede comenzar a aislarse para protegerse contra tal aluvión de datos. Cuanto mayor sea la sobrecarga de información, peor será la calidad del proceso de toma de decisiones.
El exceso de información significa que el consumidor ya no puede tomar una decisión informada sobre un producto. Inconscientemente bloquea la información relacionada con la publicidad, ya que casi nunca la utiliza.
¿Cómo atravesamos la barrera?
Los especialistas en marketing se enfrentan al desafío de atravesar todo este ruido y llevar hasta la mente del público sus mensajes publicitarios. Estos consejos que te ayudarán a flanquear los obstáculos:
- Calidad sobre cantidad: Si desarrollaste un plan de marketing para tu negocio, también creaste un calendario sobre los contenidos que publicarás en los medios tradicionales y en las redes sociales. Pero antes de inundar el mundo con información sobre tu empresa o producto, pregúntate qué obtiene tu audiencia al ver todo aquello que posteas, ¿tiene algún valor, es de interés? No publiques solo por llenar tu calendario: Conoce a tu cliente y sus intereses; publica en los medios o lugares que visita; analiza cuáles de tus contenidos tienen buena aceptación y trabaja sobre ellos.
- Breve y simple: Las personas solo tienen unos segundos para procesar la información que reciben, por lo tanto, tu mensaje debe ser breve y directo; optimízalo para facilitar su consumo y recuerda que es más probable que se preste atención a un contenido corto que uno largo.
- Contenidos creativos: Prepara infografías que combinen datos interesantes con imágenes; crea videos de menos de 90 segundos; haz que tus emails sean concisos, con las noticias y datos relevantes destacados. Que los artículos para tu blog tengan párrafos cortos, utiliza subtítulos y viñetas. Usa un lenguaje casual.
- Distribución: Las audiencias asimilan el contenido de diversas formas y en distintos lugares. Incluso tu público objetivo está compuesto por personas con ideas y estilos muy diferentes. Por lo tanto, es importante que distribuyas tu contenido a través de varios canales. Permite que tu mensaje llegue a tu audiencia en donde sea que se encuentre.
Una última cosa: Reducir la cantidad de información producida es tarea de todos, antes de publicar, es importante pensar si lo que estamos publicando es relevante, verdadero y valioso para el público.