En algún momento de tu vida seguramente has enfrentado situaciones complicadas en las que incluso te preguntas “¿por qué me pasa esto a mí?” o bien, aquello por lo que tanto has luchado o tanto deseas no se concreta. Quizá también has sentido que la suerte no está contigo cuando la necesitas, cuando atraviesas el momento más difícil de tu vida, en el aspecto emocional, personal, laboral o espiritual, por mencionar algunos.
Pero a veces esas “sacudidas” son necesarias: se requiere hurgar en los rincones más oscuros e incluso alborotar nuestros demonios para encontrar la oportunidad que nos hará llegar a algo aún mejor que lo que hubiéramos soñado.
Joanne Rowling, mejor conocida como J.K. Rowling, vivió algo similar. La ahora famosa autora de la saga del joven mago “Harry Potter” figura actualmente en la lista de millonarios de Forbes, pero antes de ese éxito monumental vivió experiencias que más allá de inspiradoras, la llevaron alguna vez a pensar en terminar con su vida. Y fue en ese momento de desesperación que nació la idea que la cambió por completo.
Rowling salió fortalecida de lo que ella cataloga como la época más dura de su existencia, cuando encontró refugio en lo que verdaderamente le gustaba: la escritura, en ella canalizó muchas de las emociones que estaba experimentando, y a través de un proceso catártico no sólo se enfocó en su meta de ser escritora, sino que estableció metas alcanzables que poco a poco la llevaron al éxito.
La idea de narrar una historia sobre un niño que acudía a una escuela de magia llegó por primera vez a la mente de Rowling en 1990, durante las cuatro horas de retraso de un viaje en tren de Manchester a Londres. ¿Cuántos hemos tenido ideas que nos golpean en los momentos menos imaginados? Bueno, más vale plasmarlas, nunca sabes si ahí encontrarás la respuesta que estabas buscando…
En diciembre de ese mismo año que llegó la idea millonaria a Rowling, falleció la única que la apoyaba en su sueño de ser escritora: su madre, quien pasó los 10 últimos años de su vida con esclerosis múltiple y nunca se enteró de la historia que Rowling tenía en mente. Fue un golpe muy duro para ella pero ese dolor lo transformó en inspiración para relatar los sentimientos de Harry Potter, quien quedó huérfano a temprana edad.
En el amor tampoco tuvo mucha fortuna. Un par de años después de la muerte de su madre se casó, pero esa historia no tuvo un final de cuento debido al alcoholismo, infidelidades y abandono de su ahora ex consorte.
Tras la separación y con una niña que cuidar, Rowling enfrentó depresión clínica, planes de suicidio y extrema pobreza. Aun así no se dio por vencida y se dedicó a escribir. La depresión la plasmó en sus libros en forma de “Dementores” y ya en 1995 tenía listo su manuscrito para “Harry Potter y la piedra filosofal”.
Fue entonces cuando llegó el momento de salir a la luz pública. Si tú fueras Rowling, ¿cuántos “no” esperarías antes de un “sí”? ¿Cuántos rechazos estarías dispuesto a tolerar sin rendirte? Al mundo de Harry Potter, 12 editoriales le cerraron las puertas porque no creían que un texto infantil generara muchas ventas, hasta que Barry Cunningham, editor de Bloomsbury, una pequeña organización británica decidió darle una oportunidad, gracias al entusiasmo que vio en su hija de ocho años de edad al leer el primer libro. El resto… es historia.
Hasta hace unos años se habían comercializado más de 500 millones de copias de los libros de Harry Potter, convirtiendo a la saga en la más vendida de la historia y a Rowling en la escritora más rica del mundo.
Y como muchas personas exitosas, Rowling no ha estado exenta de la polémica, pero ello no le resta importancia a su capacidad para sobreponerse a las adversidades y sobre todo, demostrar que en ocasiones, de los peores momentos surgen las mejores oportunidades, pero no todo depende de la suerte, ni del destino, sino de la capacidad de reinventarte, ¿no crees?