¿Qué hacías cuando tenías 15 o 16 años? ¿recuerdas cuáles eran tus preocupaciones? Muy probablemente pensabas en la escuela, tu crush, tus amigos, tu familia… Es normal que lo que nos importa se centre en nuestro entorno más cercano, pero a esa misma edad, una niña sueca empezó a protestar por el cambio climático.
Greta Thunberg escuchó por primera vez sobre ese tema cuando tenía ocho años y le preocupó demasiado, supongo que ella a esa edad tenía mucha mayor claridad que muchos de más de 30 que no creen en los efectos del calentamiento global.
Hay quienes le aplauden su actitud y también los que critican sus acciones y hasta las califican como falsas, a veces detrás de un monitor y haciendo absolutamente nada por el planeta, pero la verdad es que ha logrado algo muy importante: poner el foco en un tema que debería preocuparnos mucho más a absolutamente TODOS.
El rostro de Greta era desconocido para todos nosotros hasta hace un par de años. En 2018 decidió iniciar una huelga escolar por el clima y se paró a protestar afuera del parlamento sueco. Poco a poco comenzó a llamar la atención hasta volverse virales sus mensajes tan directos sobre la necesidad de hacer conciencia y cuidar el medio ambiente. Muchos jóvenes de todo el mundo se interesaron en lo que decía y se creó un movimiento internacional ecologista llamado “Fridays For Future”.
Thunberg fue nombrada en 2019 “Persona del año” por la revista Time; ha sido escuchada por el papa Francisco y Barack Obama; respondió a las burlas de Donald Trump; cruzó el Atlántico en un velero ecológico y dio un discurso en la ONU. Gracias a ella, aumentó la compra de libros climáticos infantiles pero creo que lo más nos ha demostrado es la importancia de no solo alzar la voz, sino actuar.
Greta convenció a sus padres de volverse veganos y dejar de viajar en avión (hay que tomar en cuenta que su madre es una cantante de ópera y lo de los viajes frenó algunos proyectos, pero todo sea por no contaminar).
¿Y nosotros? ¿Estamos haciendo algo por el planeta? Es muy fácil ser “activistas de escritorio”, apoyar movilizaciones desde la comodidad de una silla y seguir nuestras vidas como si fuéramos conscientes de los problemas pero ajenos a las soluciones. Y no me refiero a que prepares tus cartulinas y salgas a bloquear una avenida –aunque si quieres hacerlo, también es válido- sino a que hagas pequeños cambios en tus hábitos, consumos, compras, actividades, que pueden significar mucho para el planeta sin necesidad de grandes sacrificios. Parecería que tu granito de arena es diminuto, pero si juntamos los de todos, la Tierra nos los agradecerá, ¿o tú qué piensas?