Encerrarme ocho horas de lunes a viernes en una oficina de muros blancos con luces frías cegadoras, en la que cada uno utilizaba audífonos para no escuchar al que trabaja a lado era algo que no podía seguir haciendo. Así que tras un tiempo de considerar los pros y contras del trabajo autónomo, un día finalmente decidí dar el paso de independizarme como profesionista.
En un inicio todo parece ser ideal: trabajar para ti, en tus propios términos y con horarios flexibles que te permiten ir al gym en la mañana, desayunar con alguna amiga o desvelarte entresemana para ir a un concierto. Disponer de tu tiempo para las actividades que más disfrutas.
Aunque la vida como trabajador independiente no es tan sencilla como parece, ya que todo depende de ti: crear proyectos que generen los ingresos que esperas, tener la capacidad para responder a las expectativas de tus clientes, manejar una buena planeación, saber gestionar tu trabajo como un negocio y sobre todo, darte el tiempo para hacer todas esas otras actividades que no puedes hacer cuando trabajas para una empresa.
Obstáculos comunes que enfrentas como freelancer
ABANDONAR LA SEGURIDAD DE UN INGRESO FIJO
El primer obstáculo al que te enfrentas cuando decides ser un trabajador independiente es decidirte a dejar la seguridad que te proporciona tu empleo: el salario, las prestaciones, las vacaciones pagadas… Decidirte a renunciar a todo eso es la valla más alta que deberás saltar.
Y antes de hacerlo debes estar seguro de que tu situación personal te permita abandonar tu empleo. Es importante analizar el impacto que esta decisión tendrá en tu vida, determinar si es el momento adecuado para hacerlo y ser totalmente honesto contigo mismo sobre qué tan capaz eres de soportar el riesgo que implica emprender.
Hacerte de un buen fondo de ahorro es importante, para tener la seguridad de cubrir tus gastos básicos de inicio y realizar la inversión que sea necesaria para arrancar tu proyecto, de manera que pagar tus facturas no se convierta en tu preocupación más grande y enfoques toda tu energía en la planeación y desarrollo de tu nuevo negocio.
Renunciar a la idea de que no necesitas rutinas
Lo sé: renunciaste a una empresa porque estabas harto de cumplir un horario y seguir todos los días la misma rutina. Pero no tener una estructura en tu trabajo independiente puede provocarte problemas con tus tiempos de entregas y a la larga eso no sólo perjudica tu reputación como profesionista, sino que perjudica tu vida personal, esa que estás tratando de priorizar cuando decides ir por tu cuenta.
Al tener organización y horas de trabajo predeterminadas podrás disfrutar verdaderamente la libertad de ser tu propio jefe.
La soledad del trabajo autónomo
Hay personas a quienes la soledad les va bien. Pero la gran mayoría necesitamos la interacción social cara a cara. Y no sólo se trata de tener con quién comentar los sucesos del día, es también una cuestión de productividad: pasar mucho tiempo solo disminuye tus oportunidades de retroalimentación, intercambios de opiniones y generación de nuevas ideas. La soledad constante puede afectar la creatividad de las personas. Si tu naturaleza es sociable como la mía, te recomiendo buscar opciones de lugares de cowork, darte unas escapadas a algún café o espacio inspirador que te ayude a estimular tu creatividad y contribuya a minimizar esa sensación de soledad.
Sobrecarga de trabajo
Los trabajadores independientes solemos cometer un error de principiantes: aceptar todos los clientes que te llegan porque “necesitas el ingreso”. Pero la libertad de trabajar desde casa se desvanece cuando le dedicas 60 horas a la semana o incluso más.
Así que te toca experimentar con el volumen de clientes que puedes aceptar para mantener un trabajo de calidad y también poder tener tiempo para relajarte, divertirte, hacer tu vida personal, todo aquello que deseabas hacer cuando eras empleado de una empresa. El secreto está en el equilibrio.
Definir cuánto cobrar
Establecer tus tarifas no es un tema sencillo: Cobrar poco te obliga a trabajar más para alcanzar tus metas económicas. Cobrar demasiado sin un portafolio que respalde esos precios tampoco te dará buenos resultados.
Al principio es común que los freelancer decidan cobrar poco para ganarse clientes, pero lo que sucede con esa estrategia es que te llenarás de cierto tipo de clientes que no pagarán más cuando tú quieras aumentar las tarifas.
Si aún no estás seguro de cuánto cobrar por tus servicios, o desconoces los precios del mercado, es fundamental investigar cuánto cobran otros profesionales de tu rama que ofrecen una calidad similar a la tuya. Investiga cuáles son los parámetros que tienes que tomar en cuenta para definir tus precios y así no sólo cobrar lo justo por tu trabajo, sino también lo justo para la industria de tu sector, no querrás ser de los que malbaraten tu profesión.
Vacas gordas, vacas flacas
Como freelancer es fundamental aprender a trabajar sabiendo que hay meses que tienes ingresos excelentes y otros en los que no hay ingresos.
Así que es necesario tener un fondo para recurrir en los momentos bajos: no abras la cartera sin parar cuando tienes un mes excepcional, analiza seriamente cuáles son los gastos que debes cubrir y sé previsor, ahorra una cantidad para el momento en que los clientes no pagan a tiempo o los proyectos no fluyen como lo tenías planeado. Si aún no es uno de tus hábitos, ahorrar es algo que debes incorporar como una constante en tu vida.
Pero claro, date un gusto. No se trata de que todo sea ahorrar y pagar facturas.
Al trabajar por tu cuenta te enfrentarás en mayor o menor medida a estos obstáculos por eso es importante aprender a sortearlos para que tu experiencia como freelancer sea exitosa y no tengas que regresar a ese pequeño cubículo que te roba la vida y energía.?