Imagina que durante una reunión de personal un compañero critica agresivamente tu propuesta de trabajo, tal vez tenga razón, tal vez no. ¿Cómo reaccionarías? ¿Dejarías que la ira te domine, responderías a la agresión en los mismos términos, te pondrías nervioso y dejarías de defender tu posición? ¿Cuál es la mejor manera de reaccionar?
Seguramente has escuchado que la inteligencia emocional puede ayudarte a mejorar tu vida y tus relaciones sociales sabiendo manejar adecuadamente tus emociones. Esta vez vamos hablar sobre la inteligencia emocional en la vida laboral y cómo ésta puede ayudarte en tu trabajo o negocio. Empecemos con lo básico:
¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
En términos simples, la inteligencia emocional es la capacidad que una persona tiene para reconocer y gestionar sus emociones y las de los demás. Ya que gran parte de nuestras decisiones son influenciadas por las emociones, la forma en que reaccionamos ante éstas tiene una fuerte influencia en la manera en que nos desenvolvemos en la vida laboral.
El término fue popularizado a mediados de la década de 1990 por el psicólogo de la Universidad de Harvard, Daniel Goleman, quien escribió el libro “Emotional Intelligence” que se tradujo a 30 idiomas y se convirtió en un best seller en muchos países.
Una persona emocionalmente inteligente es capaz de reconocer y gestionar sus emociones, ajustándolas a una situación específica.
De acuerdo a Daniel Goleman, la inteligencia emocional está definida por cinco capacidades:
Autoconocimiento: se trata de la capacidad de cada persona para identificar sus propias emociones y determinar su origen. Para una persona es fundamental determinar cómo funcionan sus emociones, qué las desencadenan y cómo las manifiesta. Al conocer nuestras emociones podemos identificar qué situaciones las provocan y así evitar que éstas nos impidan realizar nuestro trabajo.
Autocontrol. Si conoces tus emociones puedes controlarte, serás capaz de manejar tus impulsos y evitar reacciones que te provoquen conflictos en tu vida laboral. Por ejemplo, cuando una situación te provoca enojo, el autocontrol evitará que estalles durante una reunión de personal o peor aún, con un cliente.
Automotivación. Cuando eres capaz de controlar tus emociones podrás manejar de manera más eficiente el estrés. Si tus emociones negativas como el miedo o el enojo están bajo control, serás capaz de sentirme más motivado para realizar tu trabajo: podrás tener una relación más cordial con tus compañeros, brindar una mejor atención a un cliente, tener ideas creativas y hacer propuestas efectivas para tu empresa.
Empatía. Una vez que tienes dominadas tus emociones, es momento de entender las de los demás ¿Te has preguntado por qué un compañero o empleado se comporta de determinada manera? ¿Qué es lo que causa su reacción de enfado o nerviosismo? La mayoría de las veces comentemos el error de juzgar la reacción sin detenernos a pensar qué la ha motivado. Cuando hablamos de empatía, de lo que se trata es de conectar con el otro, entenderlo, ponerse por un momento en sus zapatos para saber por qué reacciona de una u otra manera. Entender las motivaciones de los demás no sólo te ayudará a tener un ambiente laboral más amable, fomentará la colaboración y el trabajo en equipo.
La empatía también es importante en el trato al cliente porque te ayudará a entender sus necesidades, incluso te permite entender si tiene dudas sobre lo que le ofreces, si está pensando en otras opciones. Al comprender sus motivaciones, podrás reaccionar de manera adecuada para darle las respuestas que necesita.
Gestión social. Cuando entiendes cómo se siente la otra persona puedes ayudarla a mejorar la forma en que reacciona ante sus emociones. La inteligencia emocional te proporciona las herramientas no sólo para gestionar tus emociones, si no para ayudar a los demás a manejar las propias. Esto te convertirá en una persona capaz de influir en los demás y potenciar su capacidad para desarrollar su trabajo. Al desarrollar tu inteligencia emocional serás capaz de interactuar y negociar con los demás para encontrar la manera de satisfacer las necesidades de cada uno.
Como vez, la inteligencia emocional nos ayuda a determinar las causas que desencadenan nuestro comportamiento y el de los demás y esto nos permite gestionar la manera en que reaccionamos ante ello. Cuando tenemos información sobre las causas podemos reaccionar de manera más adecuada para resolver una situación determinada en el trabajo.
En las organizaciones el ambiente puede ser tenso y llegamos a enfrentarnos a situaciones de estrés, presión y competencia. Por ello, desarrollar la inteligencia emocional nos ayudará a gestionar las emociones propias y ajenas para llevar a los miembros de la empresa a cumplir con los objetivos de la misma. También nos ayuda a fomentar la creatividad de nuestros colaboradores, el desarrollo profesional y el crecimiento personal, lo cual redundará en mejor ambiente para la empresa.
Un buen líder será capaz de identificar las emociones que corren por la organización y al entenderlas podrá actuar para cambiarlas y lograr que sus colaboradores actúen de la manera que la empresa necesita para alcanzar sus metas.